sábado, 12 de julio de 2008

Dignidad

Bueno, otra vez aquí, pero con dignidad.
Uno tarda en forjar su carácter, su forma de ser y, en ese proceso, incluso tienes a gente a la que estimas. De esas personas admiras cosas, las aprecias, y no sólo por esos detalles interesantes para la formación de tu personalidad, sino porque te hacen sentir bien, te tratan como mereces y además ellas pueden aprender algo de tí.
Esto no es nada malo, todo lo contrario, es positivo. Pero lo peor viene cuando admiras a una persona que no te corresponde, que te ningunea con acciones que no se adecuan con tu "admiración". Y si no te das cuenta de eso, te rebajas hasta los extremos de perder tu dignidad como persona. Son muchas las veces que haces cosas por ellas, te portas como un verdadero amigo, y por cada buena acción recibes dos gestos de indiferencia, y aunque te preguntas porqué lo hace acabas por justificar su acción o simplemente no quieres verla. Cuando te das cuenta todo ha pasado muy rápido, pero tu proceso de recuperación es lento, mientras esas personas siguen con su indiferencia por el mundo.
Quiérete primero, ama a los demás luego. Ten dignidad.
Saludos. Wagneriano

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