viernes, 11 de julio de 2008

Va de Sexo, del Opus y lo que quieras imaginarte.

Holanda permite follar en la calle siempre que los decibelios no despierte a los "puritanos" vecinos del barrio rojo de Amsterdam. Aquí, hasta hace poco multaban por darse un beso en plena vía pública y, todavía hay quien se escandaliza por ver una lengua fuera de su sitio, o una mano más larga que otra. Y me refiero a los siempre simpáticos y amables amigos de la Obra de Dios u Opus Dei. La piedad, el recato, las posturas bienintencionadas, los vestidos talares, las mangas anchas, botones hasta la garganta, y pollas sin sombrero.
No hay que ser muy listo para ver que, en pleno siglo XXI, se siga defendiendo los valores sexuales de los tiempos de maricastañas. Esos valores que enmascaran la misoginia con caretas de mandato y gracia divina. ¿Cómo un sacerdote puede decirte qué posturas son idóneas para no mancillar la piedad y "lo bello" del matrimonio? ¿Acaso la castidad que ellos pregonan les vale para dar consejos de sexualidad? ¿Acaso por sus cabezas no pasa el pecado de la carne?
Señores, seamos serios, el sexo es otra cosa, no se organiza, se vive, se disfruta de mil formas, es personal, dual y donde la imaginación vuela. Desde una paja, pasando por un dedo, hasta las posturas más eróticas no contenidas en el Kamasutra. Besos, caricias, sexo sin penetración, sexo entre mujeres, entre hombres, entre viejos que se comen con la mirada, entre nerviosos adolescentes que se mueren de miedo y de ganas... Que no te corten las alas, que una creencia construída por hombres no ponga coto a tus ganas de ser libre, pon tus propias reglas, imagina e intuye.
Saludos. Wagneriano

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