miércoles, 23 de julio de 2008

¿Qué leer?

El verano es para muchos tiempo de sosiego, de descanso y, también, de lectura. (para mi es todo el año, pero bueno). La gente se pregunta qué leer porque no conoce el mercado librario, qué es bueno o qué divierte. Entonces acude a amigos, conocidos, compañeros del trabajo y a partir de ahí compran algo (¡si supieran que existen las bibliotecas públicas!).
Pero la cuestión no es esa, sino qué significa para ti ponerte delante de un montón de palabras juntas pegadas en unas cuantas páginas blancas.
Yo necesito los libros para formarme, para crecer como persona, para conocer otros mundos sin estar necesariamente allí. No soy muy amigo de los "superventas", creo que carecen de la calidad necesaria para aportar algo a la vida de la gente; a mí, por lo menos no me aportan nada. Por eso apuesto por los clásicos de siempre, por endulzar mis sentidos con los Dickens, Goethe, Lorca, Larra, Shakespeare, Kafka y compañía, esos que engrandecieron la historia de la literatura y elevaron el nivel intelectual de su época. Mientras me queden fragmentos, párrafos o palabras por descubrir en el universo de los grandes de la literatura, jamás me acercaré a un bestseller.
Aunque respeto muchísimo a los que se acercan a estos ejemplares, porque su intención no es otra que intentar distraerse; pero al no estar infectados por el defecto profesional que nos caracteriza a los hombres de letras, su punto de vista es otro y tan respetable como el mio; eso sí, jamás lo compartiría, y jamás haría proselitismo con ellos, perdería el tiempo.
Saludos. Wagneriano.

2 comentarios:

Vikey7 dijo...

Pues aqui estoy yo para llevarte la contraria. Los superventas, como tú los llamas, también pueden hacerte sentir y vibrar con la historia que esconden, ponerte al lado de sus personajes, transportarte a un lugar dónde creías imposible alcanzar; todo por unas palabra que alguien ha ido juntando. Creo que la etiqueta de superventas engloba demasiado y pone el liston demasiado bajo porque podría entrar cualquier novela (incluidos los clásicos, porque quieras que no se venden....). Lo único que influye en establecer las diferencias de un superventas bueno de otro malo es el dinero gastado por la editorial en su publicidad...pero la verdad es que si la gente no se la recomienda a amigos, primos, hermanos o concidos no enderían tanto y para ello, señor wagneraino mío, ha de tener un "algo" que te haga recomendar un libro. Porque, piensa lo que quieras, el "boca a boca" sigue siendo la mayor publicidad de un libro y en esa las editoriales no se gastan un duro.
Saludos.

Rafa dijo...

Muchas gracias por leer mi artículo y responderme. Me alegra que alguien me lea y además exprese su opinión, que es lo más gratificante. Sin dialéctica se acabaría el mundo.
Gracias vivi.